CRÓNICA
01 marzo 2025
09:26h
3 Min. de lectura
El Levante Femenino se aferra a la esperanza tras empatar contra el Valencia
El empate ante el Valencia no basta para salir del descenso, pero mantiene con vida al equipo granota, que deberá esperar casi un milagro en las próximas jornadas.

Momentos antes de iniciar el partido
CARLA ANDREU
CARLA ANDREU
Momentos antes del pitido inicial, los alrededores de Mestalla bullen con una mezcla de nerviosismo y esperanza. Aficionados de ambos equipos llenan las terrazas cercanas, comentando la angustiosa situación de sus clubes mientras apuran sus bebidas. “Es un partido de vida o muerte para los dos, aunque a nosotras nos vale más el empate que a ellas”, dice Sara, una seguidora levantinista. Sabe que cualquier punto es oro en la recta final de la temporada.
Cuando los equipos saltan al césped, el ambiente se electriza. Se escuchan cánticos de ánimo, pero también una tensión palpable. En el primer cuarto de hora, el miedo a fallar pesa más que las ganas de atacar. Los pases imprecisos, los despejes apresurados y las faltas tácticas marcan un partido en el que nadie quiere arriesgar más de la cuenta.
El Levante, consciente de su situación, prefiere no desordenarse y aguantar el resultado. En la banda contraria, el Valencia, obligado a ganar, empuja con más corazón que cabeza, pero no encuentra la manera de romper el empate. Desde el banquillo, el cuerpo técnico granota da indicaciones constantes, sabiendo que cada punto cuenta. “Sabemos que no dependemos solo de nosotras, pero quedan todavía jornadas y hay que pelear hasta el final”, comenta un miembro del equipo técnico en el descanso.

Calentamiento previo al partido
CARLA ANDREU
En la segunda mitad, el guion no cambia. La tensión se traduce en imprecisión y el partido se vuelve un ida y vuelta sin dueño. Las llegadas al área rival se cuentan con los dedos de una mano, y cada intento de ataque es neutralizado por el miedo a fallar. Las jugadoras sienten el peso de la temporada en cada acción, sabiendo que cualquier error puede ser decisivo.
Los últimos minutos transcurren entre la ansiedad y el cansancio. El Valencia adelanta líneas con más desesperación que ideas claras, mientras el Levante se atrinchera atrás, confiando en arañar un punto que les permita seguir soñando. La grada sufre cada balón dividido como si fuera el último, con la incertidumbre de no saber si este empate servirá de algo o será una sentencia anticipada.
El pitido final llega como un jarro de agua fría. Algunas jugadoras se desploman sobre el césped, otras se abrazan con resignación. En la grada visitante, los aficionados del Levante siguen alentando, aferrándose a una mínima esperanza de salvación. En cambio, la afición valencianista abandona Mestalla en silencio, con la sensación de que la permanencia ya no es una cuestión de fútbol, sino de milagros.
Gráfico clasificación Liga F
CARLA ANDREU
Fuentes del club che reconocen que la situación es crítica. “Las matemáticas aún nos dan opciones, pero somos realistas”, admite una directiva, sin demasiada confianza en una remontada improbable. En el Levante, en cambio, se respira un optimismo cauteloso. “Quedan diez jornadas, necesitamos al menos cuatro puntos más y que los rivales fallen. No es imposible”, señalan desde el vestuario.
Mestalla, testigo de noches históricas, se despide con un empate que no resuelve nada. La lucha por la salvación sigue abierta, pero cada vez queda menos margen de error. Lo que parecía un punto ganado, podría convertirse en una oportunidad perdida.
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