ENTREVISTA
6 mayo 2025
14:30h
10 Min. de lectura
Cristina Hernández, directora del Instituto de Mujeres
Hernández: "El éxito de las mujeres no necesita validación masculina"
Hablamos con Cristina Hernández sobre su lucha por la igualdad en el deporte y su labor desde el Instituto de las Mujeres para transformar su estructura en España

INSTITUTO DE LAS MUJERES
Cristina Hernández
Castellón de la Plana, 4 de mayo de 2025 - Cristina Hernández (1979, Ciudad Rodrigo, Salamanca), licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca y con un máster en Refugee Studies por la University of East London, es una de las figuras clave en la lucha por la igualdad de género en España. Su carrera está marcada por su trabajo en políticas públicas de igualdad y violencia de género, además de su experiencia como asesora en ONGs y entidades públicas. Actualmente, dirige el Instituto de las Mujeres, donde impulsa cambios para garantizar la equidad en diversos sectores.
En esta entrevista, Cristina Hernández nos ofrece una mirada sobre los avances y desafíos en la igualdad de género en el deporte, el papel fundamental de las políticas públicas y cómo su labor está contribuyendo a reconfigurar el panorama del deporte femenino en España.
Desde el Instituto de las Mujeres, uno de los grandes focos de acción ha sido visibilizar las desigualdades estructurales que aún afectan a las mujeres en múltiples ámbitos. ¿Por qué el deporte es un terreno clave en esta lucha?
Porque el deporte es un reflejo de la sociedad. Es un espacio que concentra valores como el esfuerzo, la superación o el trabajo en equipo, pero también puede arrastrar y perpetuar sesgos muy arraigados. A menudo se piensa que la igualdad en el deporte es solo una cuestión de medallas o sueldos, pero va mucho más allá: hablamos de quién ocupa los espacios de poder, de quién aparece en los medios, de quién tiene referentes. El deporte tiene una capacidad enorme de influir en la cultura y, por tanto, en la construcción de imaginarios. Es una herramienta transformadora, pero solo si se democratiza y se hace accesible y justa para todas.
En los últimos años, ha habido figuras muy mediáticas como Simone Biles o Megan Rapinoe que han hablado abiertamente sobre desigualdad, salud mental o presión mediática. ¿Cree que estamos en un punto de inflexión?
Estamos, sin duda, en un momento clave. El hecho de que deportistas de élite hablen abiertamente de estos temas es muy poderoso. Visibiliza realidades que durante mucho tiempo se silenciaron. Cuando Simone Biles dijo que no era la próxima Michael Phelps, sino la primera Simone Biles, estaba cuestionando algo profundamente arraigado: esa necesidad de validar el éxito femenino comparándolo con el masculino. Eso hay que desmontarlo. El deporte femenino tiene su propia legitimidad, sus propios valores, sus propios ritmos. No necesita tutelas, necesita justicia. Y estamos viendo que las nuevas generaciones ya no aceptan esos moldes sin cuestionarlos.
¿Qué tipo de desigualdades estructurales siguen afectando hoy al deporte femenino?
Varias. Algunas muy visibles, como la brecha salarial, la cobertura mediática o la falta de patrocinios. Pero hay otras más sutiles y estructurales: por ejemplo, la falta de instalaciones adecuadas para equipos femeninos, la escasa presencia de entrenadoras o directivas, o los estereotipos de género que aún condicionan qué deportes se consideran “para chicas” y cuáles no. También nos preocupa la sexualización constante del cuerpo de las deportistas y la presión estética que no se exige a los hombres. Todo esto forma parte de un sistema que aún no está pensado para nosotras.
¿Y en cuanto a la salud mental de las deportistas?
Es un tema urgente. Las deportistas de élite conviven con una doble presión: la del rendimiento deportivo y la de representar a todas las mujeres dentro de un sistema que muchas veces las cuestiona. A eso se suma la precariedad económica y la falta de redes de apoyo. Muchas no tienen acceso a atención psicológica especializada, ni a mecanismos de protección adecuados. Necesitamos políticas que pongan el bienestar de las mujeres en el centro, y eso implica hablar de salud mental sin estigmas y con recursos concretos.
En la revista del Instituto hablaban también de la falta de investigación centrada en las mujeres atletas. ¿Por qué es tan importante?
Porque durante décadas la ciencia del deporte se ha desarrollado mayoritariamente sobre cuerpos masculinos. Las mujeres hemos sido, literalmente, invisibles en muchos estudios. Eso tiene consecuencias reales: desde entrenamientos inadecuados hasta diagnósticos erróneos. La menstruación, el embarazo, la menopausia... son cuestiones biológicas que apenas se han investigado en relación al alto rendimiento deportivo.
¿Qué papel pueden jugar las instituciones deportivas en este cambio?
Un papel fundamental. Las federaciones, los clubes, los comités olímpicos... deben asumir su responsabilidad y dejar de ver la igualdad como un tema secundario. Necesitamos más mujeres en posiciones de decisión, pero también cambios normativos, presupuestos específicos y programas sostenidos en el tiempo. No basta con campañas puntuales ni con gestos simbólicos. La transformación tiene que ser estructural.
¿Desde el Instituto de las Mujeres están trabajando en colaboración con estas instituciones?
Sí, estamos impulsando líneas de trabajo conjunto con diferentes organismos deportivos, tanto a nivel nacional como autonómico. También colaboramos con federaciones, asociaciones de mujeres deportistas y centros educativos. Nos interesa que la igualdad de género esté presente desde la base, desde el deporte escolar hasta el de alto rendimiento. Promovemos formaciones, publicaciones, campañas de sensibilización, y apoyamos investigaciones que sirvan para generar conocimiento y transformar prácticas.
Y algo que repetimos mucho desde el Instituto es que el deporte no es un tema secundario. El deporte tiene que ver con nuestro cuerpo, con nuestra vida, con nuestra salud. Y por eso es un aspecto que debe ser estratégico. Tenemos que pensarlo desde lo más pequeño hasta lo más grande: desde las que hoy se han levantado a entrenar, o las que esta tarde saldrán a correr o pasear pensando en su bienestar, hasta que a ninguna mujer la discriminen, la acosen o la violenten cuando está recogiendo una medalla de oro. Esa mirada integral es la que debe guiar las políticas públicas y el compromiso institucional.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a esas niñas y adolescentes que sueñan con dedicarse al deporte?
Que no dejen que nadie les diga que no pueden. Que entiendan que su esfuerzo y su talento no necesitan ser comparados con nada ni con nadie para tener valor. Y que su camino es también una forma de abrir puertas a quienes vienen detrás. Desde el Instituto de las Mujeres estamos comprometidas con crear condiciones para que todas puedan practicar deporte con libertad, seguridad y reconocimiento. Porque el éxito de las mujeres no necesita validación masculina. Necesita justicia. Y en eso estamos trabajando.
La atleta Simone Biles hablando sobre salud mental durante una rueda de prensa
Fte: In Mujeres, nº 4 – Deporte, Instituto de las Mujeres, dic. 2024
ANNA MARTÍN
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Necesitamos una ciencia del deporte con perspectiva de género para que las mujeres puedan desarrollar todo su potencial sin poner en riesgo su salud
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